En un contexto internacional donde las energías limpias y estables ganan impulso, la energía geotérmica, que aprovecha el calor interno de la Tierra para generar electricidad, se posiciona como una alternativa prometedora. Aunque tradicionalmente desplazada por otras fuentes renovables como la solar y la eólica, el interés global por la geotermia está creciendo junto con el desarrollo de tecnologías más avanzadas y eficientes. 
A nivel mundial, la inversión en proyectos geotérmicos se proyecta con un crecimiento sostenido hacia finales de la década, impulsada por nuevas técnicas que permiten explotar recursos incluso en regiones que antes resultaban inviables. 
Argentina cuenta con un potencial geotérmico significativo distribuido en varias zonas del país, especialmente en regiones volcánicas o geológicamente activas, como la zona de Copahue y otras áreas del sur y el centro del país. Se estima que hay al menos 300 MW potencialmente explotables si se concretan los proyectos en marcha y se atraen inversiones adecuadas. 
Entre los proyectos más avanzados figuran iniciativas en la provincia de Neuquén, como el plan geotérmico del Volcán Copahue, que podría aportar decenas de megavatios en su primera etapa, y otra iniciativa vinculada al Volcán Domuyo, actualmente en fase de estudio técnico.
Fuente: El diario 24/Redacción Te
