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jueves, septiembre 18, 2025

Santa Cruz y Neuquén: dos modelos mineros en la Patagonia

La Patagonia concentra una de las mayores riquezas geológicas de Argentina, pero también enfrenta obstáculos que frenan su desarrollo: conflictos sociales, infraestructura limitada y marcos regulatorios restrictivos. En ese escenario, Santa Cruz y Neuquén muestran perfiles mineros opuestos.

Santa Cruz, motor exportador
Con el Macizo del Deseado como epicentro, Santa Cruz aporta casi la mitad de las exportaciones mineras del país gracias al oro y la plata. Allí operan yacimientos emblemáticos como Cerro Vanguardia, Cerro Negro, San José, Cerro Moro y Don Nicolás. Sin embargo, varios proyectos entran en etapa de maduración: el cierre de Manantial Espejo en 2024 expuso la urgencia de nuevas inversiones para sostener el liderazgo provincial.

Actualmente hay 25 proyectos en distintas fases de exploración, entre ellos Virginia (plata) y la expansión de Don Nicolás, que buscan garantizar reservas y avanzar hacia la industrialización local para agregar valor en origen. Empresarios y sindicatos advierten que, sin nuevos desarrollos, la producción aurífera podría caer en la próxima década.

Neuquén, minería al servicio del shale
El perfil minero neuquino está subordinado a Vaca Muerta: áridos, calizas, yeso y piedra laja abastecen a la industria hidrocarburífera y a las cementeras. Si bien hay exploración de cobre y oro en la Cordillera del Viento, aún no se consolidan proyectos metalíferos de gran escala. El gobierno provincial busca diversificar su matriz, aunque la minería sigue en segundo plano frente al petróleo y el gas.

Otros casos en la región
Río Negro reactivó el debate por el proyecto aurífero Calcatreu (Patagonia Gold), que tras audiencia pública espera aprobación definitiva. Chubut, en cambio, mantiene paralizada su minería metalífera por la Ley 5001, que impide el desarrollo del gigantesco yacimiento de plata Navidad (Pan American Silver).

El desafío patagónico
A diferencia de Chile o Perú, donde la exploración minera representa más del 10% de la inversión sectorial, en Argentina apenas alcanza el 2%. Esto genera un problema estructural: minas en declino y ausencia de proyectos listos para tomar la posta.

La Patagonia cuenta con un potencial enorme en oro, plata, cobre, uranio y vanadio. Pero su futuro dependerá de tres factores clave: estabilidad regulatoria, diálogo social que habilite la licencia social para operar y nuevas inversiones en exploración y tecnología que permitan reposicionar a la región en el mapa mundial de los minerales críticos.

Fuente: Río Negro/ Redacción TE.

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