La contratista Esuco advierte que la situación financiera es “insostenible” y pone en riesgo la reversión del Gasoducto Norte, la única obra pública de infraestructura en ejecución bajo el gobierno de Javier Milei.
La única obra pública vinculada a Vaca Muerta que el gobierno libertario mantiene en pie se encuentra nuevamente paralizada. Se trata de la reversión del Gasoducto Norte, un proyecto estratégico destinado a invertir el flujo del gas natural para enviar producción desde Neuquén hacia el norte del país. La empresa adjudicataria, Esuco S.A., notificó oficialmente a Enarsa que no puede continuar los trabajos debido a la falta de pago de los certificados adeudados, lo que la llevó a una situación financiera “insostenible”.
En una nota enviada a la compañía estatal, la constructora advirtió que los retrasos “impiden continuar con el normal desarrollo de los trabajos” y que la mora acumulada “ha quebrado la ecuación económico-financiera del contrato”. La carta, a la que accedió El Post Energético, señala que la firma se vio obligada a financiar las obras con tasas de interés de mercado “muy superiores a las previstas en la estructura original de costos” y exige el pago inmediato de los montos pendientes.
De persistir el conflicto, Esuco podría abandonar las obras, lo que obligaría a Enarsa a relicitar los contratos y generaría un nuevo retraso en la ejecución. En el sector no descartan que se busque algún tipo de acuerdo con la transportista TGN, operadora del Gasoducto Norte, para completar los trabajos y evitar un parate total.
Una obra estratégica que no avanza
El proyecto, financiado parcialmente por la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe–, incluye la construcción de 122 kilómetros de gasoducto entre Tío Pujio y La Carlota (Córdoba), dos tramos de refuerzo o loops en la misma provincia y la reversión del flujo en cuatro plantas compresoras ubicadas en Córdoba (Ferreyra y Deán Funes), Santiago del Estero (Lavalle) y Salta (Lumbreras).
La iniciativa busca permitir el transporte de 4 millones de metros cúbicos diarios adicionales de gas de Vaca Muerta hacia el norte, reemplazando las importaciones provenientes de Bolivia. Sin embargo, a casi un año del anuncio oficial de su inauguración —realizado en noviembre de 2024—, las obras siguen inconclusas: la planta de Lavalle es la más avanzada, con un 75% de ejecución, mientras que la de Deán Funes apenas alcanza el 27%, según datos de la industria.
Polémicas y advertencias internas
La adjudicación de los trabajos a Esuco ya había generado controversias dentro de Enarsa. Técnicos de carrera habrían advertido a las nuevas autoridades sobre los antecedentes negativos de la empresa, que tuvo demoras significativas en la construcción de una planta compresora en Mercedes (Buenos Aires), vinculada al ex Gasoducto Néstor Kirchner —rebautizado Perito Moreno—. Pese a las objeciones, la orden política fue avanzar con la misma contratista.
Con la obra pública prácticamente paralizada en todo el país, la reversión del Gasoducto Norte representa la única inversión estatal de peso en infraestructura energética durante la gestión de Milei. Pero la falta de fondos, la incertidumbre contractual y los conflictos internos en Enarsa amenazan con dejar también este proyecto en punto muerto.
Fuente: Página 12/Redacción TE.




