A medida que las neurotecnologías avanzan, surgen nuevos desafíos sobre cómo proteger los derechos fundamentales de la mente humana. Argentina y Cantabria (España) están liderando el camino en la legislación sobre neuroderechos, con iniciativas que buscan garantizar la privacidad mental y la autonomía cognitiva frente al rápido desarrollo de tecnologías capaces de leer y alterar los procesos cerebrales.
En Argentina, el Senador Martín Doñate presentó un proyecto de ley que propone la creación de una comisión especial para legislar sobre los neuroderechos. La propuesta busca establecer un marco legal que regule el uso de tecnologías que puedan leer o modificar los pensamientos, como los dispositivos de lectura cerebral, reconociendo la autonomía cognitiva como un derecho fundamental. Este avance está alineado con las crecientes preocupaciones internacionales sobre la privacidad mental y los riesgos de manipulación a través de las neurotecnologías.
Por otro lado, en Cantabria, el gobierno regional está a punto de aprobar una ley de salud digital que será la primera en Europa en proteger los neuroderechos y regular el uso de los datos cerebrales. El anteproyecto de ley, que será presentado al parlamento en septiembre, tiene como objetivo poner un freno al uso no autorizado de tecnologías que monitorizan o alteran la actividad cerebral, asegurando que los neurodatos sean tratados como información sanitaria y no como datos comerciales accesibles sin restricción.
El impacto cotidiano de la IA y las neurotecnologías en nuestros derechos
La preocupación sobre los neuroderechos no se limita solo a las aplicaciones clínicas o científicas, sino que también abarca las tecnologías del día a día. Según expertos, la expansión de dispositivos como auriculares que monitorean la actividad neuronal, diademas para videojuegos y otros productos comerciales accesibles, puede tener implicaciones profundas sobre la privacidad mental. Estos dispositivos recopilan información neuronal que, en su mayoría, no está protegida por las normativas de datos sensibles y puede ser compartida sin el consentimiento adecuado, creando un vacío legal en torno a la protección de la mente.
El neurocientífico Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, destaca que tecnologías aparentemente inofensivas, como los auriculares para videojuegos, ya están comenzando a influir en la actividad cerebral. “Estos dispositivos no solo recopilan datos sobre nuestras reacciones cerebrales, sino que pueden generar patrones que podrían ser utilizados para manipular nuestras emociones, pensamientos y decisiones”, advierte Yuste. Además, subraya que la inteligencia artificial es capaz de descifrar estos datos neuronales, con aplicaciones comerciales que podrían llegar a descodificar pensamientos o incluso el lenguaje interno de las personas, sin que se tenga conciencia de ello.
Avances Legislativos Internacionales: Chile y Otros Países
A nivel global, países como Chile ya han dado pasos decisivos en la protección de los neuroderechos. En 2021, Chile fue el primer país en realizar una enmienda constitucional que reconoce explícitamente la privacidad cerebral y los derechos asociados. Esta reforma establece que cualquier intervención tecnológica sobre la actividad cerebral debe estar sujeta a una regulación estricta para proteger los derechos de los individuos.
Otros países también han comenzado a integrar los neuroderechos en su legislación. En Brasil, el estado de Río Grande do Sul fue pionero en 2023 con una legislación regional que protege la privacidad mental de sus ciudadanos. En Estados Unidos, varios estados como California, Colorado y Montana han adoptado leyes locales que regulan el uso de tecnologías que afectan la actividad cerebral, aunque aún no existe una normativa federal consolidada. A nivel europeo, Cantabria se posiciona como la primera región en establecer una ley integral para proteger los neuroderechos, con la esperanza de que sirva como modelo para el resto del continente.
Desafíos Éticos y Sociales
A pesar de los avances legislativos, persisten desafíos éticos y sociales en torno a los neuroderechos. El neurocientífico Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, ha advertido sobre el riesgo de una “fractura en la humanidad”, donde algunas personas podrían obtener capacidades mentales aumentadas mediante neurotecnologías, mientras que otras no. Este escenario podría profundizar las desigualdades sociales, y subraya la necesidad urgente de una regulación global que evite la manipulación de pensamientos y emociones a través de tecnologías invasivas.
Un estudio realizado en 2024, realizado por la Neurorights Foundation, reveló que el 96% de las empresas de neurotecnología acceden a los datos neuronales de los usuarios sin restricciones, y muchas de ellas venden esta información a terceros. La inteligencia artificial también juega un papel clave, ya que las nuevas herramientas tecnológicas pueden descodificar pensamientos y analizar patrones cerebrales de manera alarmantemente precisa, lo que plantea una amenaza para la privacidad mental.
Gobernanza Adaptativa y Regulaciones Emergentes
La rápida evolución de las neurotecnologías requiere una gobernanza adaptativa que combine principios éticos con marcos legales flexibles. Es esencial que los legisladores, científicos y la sociedad en general trabajen juntos para establecer normas que protejan los derechos fundamentales sin sofocar la innovación tecnológica. La participación pública y la educación son clave para garantizar que el desarrollo de estas tecnologías beneficie a la humanidad en su conjunto.
El Futuro de los Neuroderechos: Una Legislación Necesaria y Urgente
El avance hacia la regulación de los neuroderechos representa un paso fundamental para proteger la autonomía cognitiva y la privacidad mental de los individuos. Las leyes en Argentina y Cantabria están marcando el inicio de un proceso de regulación que podría extenderse a nivel global, convirtiendo a estos territorios en pioneros en la protección de la mente humana. En un contexto donde las neurotecnologías avanzan rápidamente, es esencial que los gobiernos, las instituciones científicas y la sociedad trabajen de manera conjunta para garantizar que los avances tecnológicos no infrinjan los derechos fundamentales de las personas.
Fuentes:
Senador Martín Doñate, Proyecto de Ley para la creación de una Comisión de Neuroderechos (Expediente 2815-D-2025) https://www.hcdn.gob.ar/comisiones/permanentes/casyspublica/proyecto.html?exp=2815-D-2025
El País. “Cantabria impulsa la primera ley europea para proteger los neuroderechos y los datos cerebrales”
Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia
Redacción TE