El desembarco de Continental Resources, una de las principales petroleras independientes de Estados Unidos, generó expectativa en la industria energética argentina. La compañía, fundada y liderada por el magnate del fracking Harold Hamm, adquirió el 90% del bloque Los Toldos II Oeste a Pluspetrol, en lo que se interpreta como un gesto de confianza hacia el potencial de la formación neuquina. Sin embargo, detrás del anuncio se abre un escenario complejo, marcado por riesgos geológicos, económicos y regulatorios.
Aunque el área se encuentra ubicada en una zona de alto interés dentro de la ventana de petróleo de Vaca Muerta, su nivel de desarrollo es reducido. Hasta el momento, se han perforado solo tres pozos, un número insuficiente para determinar con precisión la productividad del bloque. Este escenario obliga a Continental a asumir un alto riesgo exploratorio y a destinar capital significativo en una etapa que no garantiza resultados inmediatos.
A diferencia de las áreas más consolidadas de la cuenca, Los Toldos II Oeste requiere inversiones adicionales en caminos, facilidades, sistemas de evacuación y logística general. La falta de infraestructura implica costos operativos más elevados y plazos de desarrollo más largos, un desafío central para cualquier compañía que busca acelerar su presencia en la formación.
La operación aún depende de la aprobación de organismos nacionales y provinciales. En un país donde los procesos administrativos suelen extenderse, la necesidad de atravesar diversas instancias regulatorias agrega un factor de incertidumbre. La coordinación entre Nación, Neuquén y los operadores privados será clave para evitar demoras que puedan afectar el plan de inversión.
El contexto económico argentino continúa siendo un punto crítico para las compañías internacionales. La volatilidad cambiaria, la presión impositiva, las dificultades para acceder a divisas y un historial de restricciones para girar utilidades conforman un marco que incrementa el riesgo país y puede impactar en la estrategia de cualquier inversor extranjero de largo plazo.
El crecimiento sostenido de Vaca Muerta también genera tensiones en la disponibilidad de recursos clave: equipos de perforación, servicios de fractura, arenas y transporte especializado. La llegada de un nuevo actor internacional podría profundizar esta competencia, afectando costos y tiempos. Continental deberá adaptarse a un mercado que, aunque dinámico, muestra señales de saturación en ciertas etapas de la cadena operativa.
El 10% restante del bloque sigue en manos de Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), lo que implica la necesidad de coordinar decisiones estratégicas con un actor público. Para una empresa que ingresa por primera vez al país, la comprensión del marco institucional neuquino será un componente central para garantizar gobernanza, previsibilidad y alineamiento de objetivos.
Fuente: econojournal/Redacción TE.




