El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que planea firmar un decreto (orden ejecutiva) con el objetivo de eliminar la facultad de los estados de dictar sus propias normas en torno a la inteligencia artificial (IA). Según dijo en su red social, “debe haber un único manual si queremos seguir liderando en IA”.
La idea central es crear un marco regulatorio federal unificado, en lugar de permitir que cada uno de los 50 estados establezca sus propias leyes para regular la IA.
Trump argumenta que las distintas regulaciones estatales —y la necesidad de cumplir con múltiples jurisdicciones— podrían frenar la innovación, complicar la aprobación de nuevos desarrollos y debilitar la competitividad de Estados Unidos en el terreno tecnológico.
Según versiones filtradas de la orden, la Casa Blanca podría recurrir a la justicia para impugnar leyes estatales sobre IA, y hasta condicionar el acceso a ciertos fondos federales a aquellos estados que adopten regulaciones restrictivas.
El anuncio se produce en un contexto de creciente preocupación por la proliferación de proyectos de ley vinculados a la IA en legislaturas estatales: se estima que hay más de 1.000 iniciativas de este tipo en distintos estados. Para Trump y su gobierno, este mosaico normativo representa una amenaza al liderazgo estadounidense en desarrollo tecnológico.
La medida genera críticas: muchos en el Congreso —tanto demócratas como algunos republicanos— advierten que una regulación federal estricta, sin participación estatal, podría ignorar particularidades locales y riesgos sociales y laborales derivados de la IA.
Organismos, gobernadores estatales y defensores de los derechos digitales temen que la concentración normativa termine reduciendo supervisiones, regulación ética y la capacidad de los estados de proteger a sus ciudadanos frente a posibles abusos tecnológicos. Aunque hasta ahora no hay detalles oficiales, varios analistas plantean que podría generar litigios por competencias federales vs. estatales.
Para el gobierno federal, la IA es vista como una “industria vital”: clave no sólo para la innovación y la inversión, sino también para la competencia geopolítica —en particular frente a potencias como China, que compiten en el dominio de tecnologías avanzadas. Un marco regulatorio uniforme, según Trump, permitiría acelerar desarrollos, facilitar inversiones y mantener una ventaja competitiva global.
Fuente: La Nación/Redacción TE.




