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martes, julio 8, 2025

Del autoabastecimiento al negocio: crece la polémica por el nuevo rumbo energético del Gobierno

La reciente aprobación de un préstamo internacional por USD 2.000 millones para construir el Oleoducto Sur de Vaca Muerta expuso una vez más el cambio de paradigma energético impulsado por el Gobierno nacional: dejar atrás la estrategia de soberanía y autoabastecimiento para priorizar la máxima rentabilidad del sector privado y el ingreso de divisas por exportación.

El nuevo ducto —impulsado por la sociedad VMOS, integrada por YPF, Pluspetrol, PAE, Vista, Chevron, Shell, Tecpetrol, Pampa Energía y GyP— contará con una capacidad inicial de 180.000 barriles diarios, que podría escalar a 550.000 barriles en 2027. Aunque se presenta como un hito de infraestructura, el objetivo prioritario no será abastecer el mercado interno, sino sacar petróleo al exterior cuanto antes.

Según el decreto presidencial que habilitó la operación y las condiciones del préstamo sindicado liderado por bancos como Citi, JP Morgan y Deutsche Bank, el 70 % de la inversión será cubierto por financiamiento internacional, y el resto por los socios privados. En paralelo, el gobierno derogó normas que aseguraban prioridad al abastecimiento nacional, recortó controles públicos sobre tarifas y disolvió entes reguladores claves como el ENARGAS.

Esta estrategia consolida un modelo exportador que busca convertir a Vaca Muerta en un “commodity financiero” más que en una herramienta de desarrollo federal, industrialización del país y acceso equitativo a la energía. Distintas voces del sector energético alertan sobre el riesgo de quedar atados a intereses externos, con decisiones clave sujetas a los movimientos del mercado internacional y sin garantías de precios justos ni estabilidad para el consumo interno.

Además, los cambios en la normativa impositiva, ambiental y regulatoria establecidos por la Ley Bases y el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) refuerzan un marco de desregulación extrema que pone en duda la posibilidad de que el Estado recupere soberanía sobre los recursos energéticos a futuro.

Frente a un invierno que ya muestra escasez de gas en varias provincias, el contraste con esta megainversión exportadora genera tensiones crecientes en el debate público. Mientras se prioriza la salida del petróleo al exterior, miles de hogares argentinos enfrentan restricciones en el suministro de energía y aumentos de tarifas sin precedentes.

Por TecnoEnergía .- Fuente: Reuters, Télam, Secretaría de Energía – 8 de julio de 2025

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