El alto costo de la energía y la falta de planificación para garantizar el abastecimiento eléctrico ya están expulsando inversiones en centros de datos de Australia. La situación deja lecciones clave para Argentina y América Latina, que buscan posicionarse como polos de servicios digitales.
Por Redacción TE – 7 de julio de 2025
Mientras el mundo compite por atraer centros de datos —infraestructura crítica para inteligencia artificial, almacenamiento en la nube y servicios tecnológicos—, en Australia ya suenan las alarmas: los altos costos de energía y la falta de una política energética estable están empujando a los inversores a abandonar el país.
Según un informe publicado por The Australian, grandes empresas del sector están revaluando proyectos por el aumento de tarifas, la inestabilidad de la red y la carencia de marcos regulatorios que les garanticen previsibilidad. Aunque el país tiene ventajas tecnológicas y ubicación estratégica, la energía cara e incierta se ha convertido en el principal cuello de botella para este tipo de inversiones.
“En Australia, las condiciones de inversión para centros de datos se están deteriorando. Esto no es por falta de tecnología o conectividad, sino por no tener energía barata, limpia y confiable”, señalaron fuentes del sector.
Una advertencia para la región
El caso australiano resuena directamente en países como Argentina, Brasil, México o Colombia, que aspiran a convertirse en hubs digitales regionales y atraer infraestructura de servicios avanzados.
Los centros de datos no sólo requieren fibra óptica y talento calificado: demandan energía constante, escalable y cada vez más limpia. En ese sentido, la matriz energética, los costos de distribución, los marcos regulatorios y los incentivos fiscales son hoy más determinantes que nunca.
En Argentina, por ejemplo, los proyectos de inversión en tecnología muchas veces se ven frustrados por altos costos logísticos, tarifarios y la ausencia de infraestructura energética moderna y confiable en nodos clave del país.
Inversión en centros de datos: oportunidad estratégica
La instalación de centros de datos genera empleo calificado, promueve cadenas de valor tecnológicas, activa la demanda de energías limpias y posiciona geopolíticamente a los países que los alojan. Pero sin políticas energéticas a la altura, esas oportunidades se trasladan a otras latitudes.
Empresas como Amazon Web Services (AWS), Google y Microsoft ya están construyendo centros de datos en países como Chile, Uruguay y Paraguay, donde encontraron condiciones más competitivas en costo de energía y conectividad regional.
¿Qué puede aprender Argentina?
El caso australiano deja lecciones que otros países —como Argentina y varias economías de América Latina— podrían considerar si aspiran a posicionarse como polos de infraestructura digital.
Contar con energía asequible, estable y limpia se vuelve una condición indispensable para competir en este nuevo mapa global de inversiones tecnológicas.
En ese marco, algunos elementos podrían resultar estratégicos:
- Disponer de infraestructura energética planificada para zonas de innovación tecnológica, como parques industriales y nodos de conectividad.
- Ofrecer reglas claras y previsibilidad tarifaria, especialmente en proyectos intensivos en consumo eléctrico.
- Generar sinergia entre políticas de digitalización, inversión energética y promoción industrial, más allá de ciclos políticos.
Lejos de ser un debate exclusivo de países centrales, el vínculo entre tecnología y energía ya es una cuestión de desarrollo para la región. Entender esta convergencia puede marcar la diferencia entre ser anfitriones o espectadores del futuro digital.