Tras 20 años de intentos, un paso decisivo para que las computadoras cuánticas sean realmente útiles
¿Qué pasaría si una computadora pudiera predecir el clima, desarrollar nuevos medicamentos o diseñar redes eléctricas más eficientes en minutos, cuando hoy lleva meses o años? Esa es la promesa de la computación cuántica: resolver problemas tan complejos que las computadoras tradicionales ni siquiera pueden empezar a calcular. Pero para que eso sea posible, estas máquinas necesitan ser mucho más estables y precisas de lo que son hoy. Esta semana, un grupo de científicos logró un paso clave hacia ese objetivo.
Investigadores de la empresa QuEra consiguieron por primera vez realizar la destilación de “magic states” (estados mágicos) dentro de qubits lógicos, algo que la comunidad científica perseguía sin éxito desde hace más de dos décadas.
Este hito, publicado en la revista Nature, es clave porque permite reducir drásticamente los errores en los cálculos cuánticos, uno de los principales obstáculos que enfrenta la industria para que estas computadoras sean realmente útiles en aplicaciones prácticas del mundo real.
¿Qué significa este avance en términos simples?
Para entender la magnitud de este logro, es importante saber que las computadoras cuánticas funcionan de forma radicalmente distinta a las tradicionales. En lugar de trabajar con bits que representan 0 o 1, utilizan qubits, que pueden estar en múltiples estados a la vez, lo que les permite resolver problemas imposibles para las computadoras actuales. Sin embargo, los qubits son extremadamente sensibles y cometen errores con facilidad.
Un “estado mágico” es una configuración especial que le permite a los qubits realizar operaciones complejas que no serían posibles con los sistemas básicos. Estos estados son esenciales para que una computadora cuántica no se quede en simulaciones teóricas y pueda afrontar cálculos útiles en áreas como energía, medicina, logística o inteligencia artificial.
La destilación es el proceso mediante el cual se “purifican” o refinan esos estados mágicos para que sean lo más estables y confiables posible. Lograr hacerlo sobre qubits lógicos —que incluyen mecanismos de corrección de errores— es lo que marca un antes y un después: por primera vez se consiguió combinar dos pilares que hasta ahora no convivían de forma práctica.
¿Por qué importa para la vida cotidiana?
Aunque parezca lejano, este avance abre la puerta para que, en los próximos años, las computadoras cuánticas puedan:
- Optimizar redes eléctricas o de transporte a una escala imposible hoy.
- Diseñar materiales más eficientes para baterías, energía limpia y construcción.
- Modelar nuevas medicinas en tiempos mucho más breves, acelerando tratamientos y diagnósticos.
- Resolver problemas de logística compleja, desde la gestión de alimentos hasta el comercio global.
Este tipo de avances acerca la computación cuántica a aplicaciones concretas que impactarán no solo en la industria tecnológica, sino en la calidad de vida de las personas.
Fuentes: Nature / Redacción de TecnoEnergía