Según proyecciones oficiales, Argentina experimentará un cambio significativo en el perfil de sus exportaciones durante la próxima década. Aunque la agroindustria seguirá aportando una parte relevante de los ingresos por divisas, su peso relativo disminuirá, mientras que los sectores de energía y minería asumirán un rol creciente.
Para el año 2025, se estima que la agroindustria representará alrededor del 73 % de los ingresos por exportaciones, y los sectores de minería y energía el 27 %. Sin embargo, para 2029, ambos grupos se aproximarían a una participación similar: cerca del 53 %. Y de cara a 2033, se proyecta una inversión del esquema: la agroindustria aportaría aproximadamente el 39 % y los sectores de minería y energía el 61 % del total.
El salto en divisas también es parte de esta transformación: se espera que los ingresos netos por exportaciones aumenten de unos USD 51.000 millones en 2026 a USD 66.000 millones en 2029, y podrían ubicarse alrededor de USD 89.000 millones para 2033.
Este nuevo ciclo se apoya en el avance de proyectos estratégicos, como la producción de litio, la explotación de hidrocarburos en la cuenca del Vaca Muerta y la ampliación de infraestructura para transporte de energía (oleoductos, gasoductos, plantas de licuefacción). Además, la fuerte demanda internacional de minerales críticos y de energía contribuiría a afianzar esta tendencia.
No obstante, los analistas advierten que este escenario optimista depende de condiciones clave: la concreción de las inversiones anunciadas, la estabilidad macroeconómica, un marco regulatorio predecible y acuerdos comerciales confiables. Con esas piezas en su lugar, Argentina podría aprovechar sus ventajas naturales para consolidarse como exportador estratégico y diversificar su base económica.
Fuente: Iprofesional/Redacción TE.
