Por Alejandro Bercovich
El presidente Javier Milei viajo esta semana a Nueva York para concretar un acuerdo clave: un préstamo del Tesoro de Estados Unidos por más de 20.000 millones de dólares. En plena corrida cambiaria y bajo la presión de los mercados, la apuesta parece ofrecer alivio inmediato, pero también compromete el futuro económico y político del país.
La narrativa oficial habla de “apoyo incondicional” y de una relación personal privilegiada con Donald Trump. El Tesoro norteamericano ya confirmó su respaldo al Banco Central argentino y el Fondo Monetario Internacional celebró la maniobra. “Argentina volverá a ser grande”, declaró Scott Bessent, secretario del Tesoro, con la City porteña respirando apenas ante la baja circunstancial del dólar.
Pero detrás del discurso de grandeza se esconde la pregunta clave: ¿qué se entrega a cambio?
Delegaciones estadounidenses visitaron recientemente Vaca Muerta, la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo, y también recorrieron instalaciones nucleares. No fue un gesto de cortesía. La mira está puesta en activos estratégicos que el gobierno ya prepara para privatizar. Milei, además, se reunió con ejecutivos de Continental Resources y otros gigantes del sector energético.
En la práctica, el préstamo parece funcionar como la llave que habilita concesiones: energía, recursos naturales y privatizaciones que pueden hipotecar las próximas décadas.
La jugada puede traer un dólar más calmo en el corto plazo, pero a costa de una deuda que difícilmente sea sostenible. “Las próximas dos generaciones van a tener que pagar un préstamo aún más pesado”, advierto. El alivio de hoy podría transformarse en hambre mañana, con un país más dependiente y menos autónomo.
La oposición ya denuncio que el salvataje financiero no es gratuito y que los verdaderos costos se pagarán en soberanía. Mientras el gobierno promete “estabilidad y disciplina fiscal”, el trasfondo es una transferencia silenciosa de sectores estratégicos a manos extranjeras.
Milei busca presentarse como el Zelenski latinoamericano: un aliado incondicional de Washington en un tablero global convulsionado. Pero el precio de ese rol puede ser demasiado alto.
El interrogante final no lo responderán ni Trump ni Milei, sino la sociedad argentina: ¿cuánto vale la autonomía frente a la tentación de dólares frescos y promesas de estabilidad?
Fuente: RADIO CON VOS/Redacción TE.