La Corte del Distrito de Delaware falló a favor de Thomson Reuters en su demanda contra Ross Intelligence, una start-up de inteligencia artificial que había utilizado sin autorización contenido protegido de Westlaw, su reconocida base de datos jurídica.
La sentencia, emitida el 11 de febrero de 2025, establece que Ross infringió los derechos de autor de Westlaw al emplear sus resúmenes de sentencias (headnotes) y su sistema de clasificación (Key Number System) para entrenar su herramienta de “abogado robot”. Aunque el texto íntegro de las resoluciones judiciales no tiene protección de copyright, el tribunal consideró que el trabajo editorial realizado para sintetizar y clasificar fallos sí cuenta con la “chispa creativa” suficiente para estar protegido.
Ross había intentado sin éxito obtener una licencia de Westlaw antes de desarrollar su modelo. Tras la negativa, recurrió a compilar preguntas y respuestas legales derivadas de la base de datos para entrenar su IA, alegando que se trataba de “uso justo” (fair use). El tribunal, sin embargo, rechazó esta defensa al considerar que el uso fue comercial, no transformador y perjudicial para el mercado de Thomson Reuters.
La sentencia supone un giro en el caso, que inicialmente parecía inclinarse a favor de Ross. El juez Stephanos Bibas justificó el cambio con una reflexión: “Un hombre sabio sabe cuándo está equivocado. La sabiduría me encontró tarde, pero llegó”.
La disputa, iniciada en 2020, llevó al cierre de Ross Intelligence en 2021 al no poder sostener los costos judiciales. Su propuesta había generado gran interés en EE.UU. al prometer búsquedas jurídicas más rápidas y accesibles mediante IA, incluso firmando una alianza con OpenAI en 2020.
Expertos como Maitane Valdecantos, socia de Audens, destacan que el fallo refuerza la protección de productos editoriales frente a la extracción masiva de datos para entrenar IA: “Si pides licencia, admites que hay derechos de exclusiva. Difícil alegar desconocimiento”. Además, subraya que EE.UU. mantiene reglas más flexibles que Europa, donde existe también el derecho sui generis de las bases de datos.
La decisión llega en un contexto de debate global sobre el límite entre minería de datos y violación de derechos de autor, clave para el desarrollo de modelos de inteligencia artificial como ChatGPT.
Fuente: El País/Redacción TE.